El capitán Cornelius Webb, 1761, y a bordo de la nave "Unicorn", arribó a este archipiélago para rescatar el tesoro de Ubilla y Echeverría. En esta expedición Webb sólo logró desenterrarlo, porque cuando pretendía regresar a Inglaterra, lo sorprendió una tormenta que quebró el mástil del "Unicorn", debiendo regresar a la isla donde nuevamente ocultó el fabuloso cargamento. Luego de esto, Webb navegó hasta Valparaíso con la intención de reparar su navío y así cumplir su misión.
En esta parte de la historia donde Keiser describe que el principal puerto de Chile, el capitán inglés- Webb- descubrió planes de amotinamiento en la tripulación: Cuando volviera a la isla "Mas a tierra", lo matarían y se apoderarían del tesoro. Ante tal, optó por quemar la nave con su tripulación a bordo y volver a las costas de Valparaíso en un bote a remo como único sobreviviente del naufragio.
Siempre en 1761, desde esta ciudad puerto, él envía dos cartas a Gran Bretaña, a Lord George Anson, contándole lo sucedido e indicándole en forma codificada el lugar donde había re-enterrado. Dicho mensaje nunca llegó a manos de Anson ya que éste murió 5 meses antes del arribo de lo enviado por Webb. "Estos documentos- Explica Keiser- fueron encontrados en 1950, en el norte de Inglaterra por un desconocido que se contactó con el chileno Luis Cousiño, suegro de Maria Eugenia Beéche Brum, residente isleña".